Historia del Surf

El Surf entre los antiguos hawaianos

Mucho antes que las esmeraldas de los Koolaus y los picos nevados de Maunaloa fueran enfocadas por los anteojos de los exploradores europeos, ya existían surfistas en Hawaii. Durante siglos – mucho antes que cualquier blanco haya dominado la técnica de correr las olas – los isleños hawaianos ya las surcaban parados sobre delgadas y puntiagudas tablas de alaia, en posición vertical.


Cuando el capitan James Cook y sus acompañantes se convirtieron en los primeros europeos en presenciar Hawaianos corriendo olas sobre sus tablas desde la cubierta de sus barcos anclados en Oahu en 1778, lo que vieron era el estado en el que se encontraba el altamente refinado deporte del océano polinesio que se había desarrollado durante muchos siglos en un concurso y renovamiento de mucha destreza : una competencia entre los hombres y un convenio con el orden natural.

Dibujando todo lo que veían con lapiz y sobre papel, los visitantes europeos documentaron lo que aprendieron de este increible deporte isleño, HE’E NALU (literalmente , resbalar sobre las olas). Lo que escribieron en las bitácoras de sus barcos provee solamente una pequeña visión sobre el pensamiento, creencia y práctica del Sufing Hawaiano. La mayor parte son leyendas, transmitidas de generación en generación a través de canciones e historias de gesta. Fuera de toda estas recolecciones místicas viene una historia de dioses, reyes y héroes que compitieron mediante el surf por islas, amor, cosechas y objetos materiales. Hace más de 1,000 años (probablemente dos mil) los polinesios de la distante Tahiti practicaban el deporte de coger olas pequeñas en tablas ovaladas y las corrian hasta la playa en posición de cuclillas (knee boarding). Las corridas eran cortas, el surf ligero y todo se hacía a manera de juego.


Acompañando las migraciones oceanicas de los isleños, la cual produjo el poblamiento de las islas hawaianas, se encontraba el germen de la idea de surfear – de los kneelboarders de Tahiti.


Los diseños hawaianos de las tablas y la técnica y el arte de correrlas en posición vertical evolucionó lentamente, y con ello, el deporte en si evolucionó. El surfing se convirtió en una actividad reservada a la realeza Hawaiana (ali’i) y el medio para disputar rivalidades muy intensas e intercambio entre reyes isleños, entre amantes, entre hombres y sus deidades. La gente del común estaba excluida del deporte, bajo pena de muerte. Solo unos cuantos que demostraban una habilidad muy especial se les permitía ocasionalmente participar en encuentros y competencias de surf.


Entre la antigua realeza Hawaiana, el surf se desarrollaba como ritual y ceremonia. Antes de ingresar al agua un surfer invocaba a los dioses a través de cánticos y oraciones. Esto se llevaba a cabo comúnmente en un Heiau surfer, un punto sagrado cerca de la playa dispuesto en forma apartada para la adoracion, refugio y reflexión. Aquí, antes de que se pusiera el sol, el surfista hacía paz con su dios y le pedía que el surf fuera muy intenso.

Cada surfista tenía su canto individual llamado Mele, y un cantante que le acompañaba hasta el lugar de la competencia. Uno de los más famosos surfistas hawaianos fue el Jefe Pakai de Molokai. Antes de ingresar al agua, se dice que se paraba justo sobre la rompiente y agitaba el agua con una larga y espigosa bara hasta ponerla en punto de surf furioso, mientras cantaba estas palabras :


  • Kumai! Kumai! Ka nalu nui mai Kahiki mai
    Alo poi pu. Kumai ka pohehue
    Hu! Kaiko’o loa
  • Despierta, despierta, gran surf de Kahiki
    Las poderosas ondeantes olas
    Levantate con pohue hue
    muy alto, gran furioso surf

En el heiau surf, solo los amigos más cercanos al surfista estaban permitidos de acercarse y observar. Los sacerdotes locales conocidos como Kahunas tenían a su cargo conducir la reunion con estrictas reglas y comportamientos permitidos. Para una persona, relacionada cercanamente a los flujos y reflujos de los ciclos naturales, el surf era una técnica y guia para aprender las leyes de la naturaleza. Algunas veces se referian a esto como Ka Nalu, o literalmente "estudio de una ola". El surf era un medio para experimentar directamente las ideas de armonía y ritmo que son tan bien representadas durante el juego mutuo entre el surfista y la ola.
La importancia del surf se extendía más allá del nucleo espiritual de la cultura hawaiana. Ingresó en la vida diaria de la sociedad como una forma de competición entre rivales políticos y como una forma de cortejo. Las competencias involucraban con frecuencia apuestas inmensas, algunas veces fortunas enteras de los reyes isleños, princesas y jefes.


En una competencia entre Loea, el campeón surfista de Kauai, y Maloa de Oahu en la rompiete surf de Ka’lahuawehe (conocida hoy como Waikiki), la apuesta incluía 4000 jabalíes y 16 canoas de guerra. Después de la disputada y agotadora competencia, Maloa salió vencedor y se llevó a casa no solo a los jabalíes y las canoas de guerra, sino también a la Surfista Nani, de quien se había enamorado.


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